LAS RAICES DOMINICANAS DE LA DOCTRINA DE MONROE36 "Hemos recibido, en torno a la famosa misión de los esposos Caznemu en Santo Domingo, a las negociaciones llevadas a cabo por esta pareja diplomática y al punto en el cual se encuentra actualmente el "áffaire" de Samaná, algunos detalles que tendrían el doble mérito de edificar y de interesar a maestros lectores El corresponsal a quien debemos estos informes habría podido añadir muchos otros y de los mas picarescos. -Habría mucho que contar (nos dice él) acerca del Sr. Cazneau en términos personales, acerca de su actitud después de su llegada a Santo Domingo, particularmente hay mucho que contar acerca de su excéntrica compañera, acerca de su instalación en una especie de barracón de negros cobijada de cana (hojas de palmeras) y otras extravagancias no menos singulares imaginadas por ella Pero he querido abstenerme de todo lo que se refiera a la conducta privada . . ", etc. Se ignora si este barracón de negros es la misma casa que los Cazneau tuvieron en las afueras de la capital, en una hacienda que (3). Las instrucciones completas aparecen
en Manning, ob. cit. 36 compró el esposo y decoró ella para recibir a sus amigos. Cora lo denominó "Our Winter Eden"(Nuestro Edén Invernal), título que luego utilizó en un folleto propagandístico, que escribió para propiciar los planes de su marido en Santo Domingo. Por cierto que cuando los españoles tuvieron la oportunidad de hacerlo, destruyeron la residencia de los Cazneau con implacable saña y no dejaron rastro de ella en el "faubourg" de San Carlos donde estuvo instalada. . . Cora estaba ya en Santo Domingo cuando llegó Cazneau con el entusiasmo feroz de apoderarse de esta candorosa antilla. Con este fin traía dos formidables proyectos. Uno en la cabeza y el otro bajo el brazo. El de la cabeza venía seguramente cubierto con un sombrero tejano porque es notoria la influencia de Tejas en sus lineamientos generales. E1 proyecto era muy sencillo y había probado su eficacia en aquella aventura. Consistía en fomentar una inmigración de colonos norteamericanos a quienes se les otorgaría una porción de terreno y un arma bien pertrechada para defenderla. AI cabo de los años estos colonos constituirían el grueso de la población del país que para esa fecha contaba sólo unos 72 mil habitantes (5) Pero este proyecto necesitaba tiempo. El otro proyecto lo traía Cazneau bajo el brazo en la forma de un Tratado entre Santo Domingo y su país, que debla constituir la base del reconocimiento de Santo Domingo como República Dominicana. Lo más interesante de este proyecto de Tratado eran las Instrucciones que le había hecho llegar a Cazneau el Secretario de Estado norteamericano Marcy y donde se le señala que "el más poderoso incentivo para reconocer a la República Dominicana a instrumentar un Tratado con ella es la adquisición de las ventajas que los Estados Unidos esperan derivar de la posesión y control deuda porción del territorio en la Bahía de Samaná. . . " El Secretario de Estado le subrayaba que las ambiciones de los Estados Unidos en esa Bahía eran sumamente modestas: "Nuestro propósito, decía textualmente, no es que ese territorio sea cedido completamente: para las conveniencias que los Estados Unidos aspiran a obtener, bastaría con una sola milla cuadrada.."
37 lo que para un país en plena expansión territorial a nivel de continente, no puede ser, en realidad, una aspiración más modesta. Claro, el Secretario Marcy consideraba que no valía la pena pagar un solo centavo por sólo una milla cuadrada de territorio situado al borde de una bahía dominicana, aun cuando ésta hubiera sido capaz de alojar la flota completa de los Estados Unidos en aquella época, como había informado el Teniente Porter en el pasado. Pero él de todos modos insistía en que se debía pagar por ella, en virtud de sabias razones que explicaba en sus Instrucciones a Cazneau de la siguiente manera: "La reservación de una renta anual --decía- es principalmente para darle carácter al aeuerdo. La suma que deberá ser insertada en el espacio en blanco del proyecto de Tratado, será por consiguiente pequeña. No deberá exceder de dos o tres cientos dólares.
La desproporción entre los 300 dólares anuales, valor del arrendamiento perpetuo de la Bahía, aunque se tratara de una sola milla, y que venía a resultar menos de un dólar diario, y los ocho dólares diarios más los gastos de viaje que recibía Cazneau, no debe haber sido muy tentadora para los negociadores dominicanos. Pero las razones del fracaso de esta fabulosa empresa fueron otras, debido a que la modesta aspiración a una mina cuadrada cometió una pifia que puso en guardia a todo el mundo. En efecto, mientras Cazneau era despachado a Santo Domingo en una fragata de guerra, en otra venía el Capitán de Ingenieros (6) Manning, ob. cit. 38 McClellan con instrucciones propias encaminadas a llevar a cabo un estudio general de la Bahía. Su barco, el COLUMBIA comandado por el Comodoro Newton comenzó de inmediato a realizar el "survey" de la Bahía, con tal descaro que el propio Caznesu protestó, temeroso de que sus gestiones se echaran a pique. Sin embargo, McClellan se atuvo a sus instrucciones y rechazó las intromisiones de Cazneau, to que sirvió para esclarecer las verdaderas intenciones del Tratado y el alcance total de la milla cuadrada. 3 Y se desencadenó la batalla. Las potencias marítimas europeas fueron las primeras en iniciar una enconada resistencia al Tratado. Inglaterra, Francia y España movilizaron sus recursos al máximo. No eran pocas las influencias que sus agentes oficiales y extraoficiales tenían en el país. Y se enfrascaron febrilmente en la tarea de impedir el éxito del proyecto. El cónsul inglés, Sir Robert H. Shomburgk le dirigió una comunicación al Gobierno Dominicano, reclamando que las regulaciones dominicanas permitían a cualquier nación establecer depósitos de carbón en cualquier puerto y que por consiguiente, incluir en el Tratado una cláusula particular en favor de los Estados Unidos, revelaba la intención por parte de estos de establecer una base naval fija en la Bahía de Samaná. No conforme con esta protesta verbal, se dirigió personalmente al Presidente Santana y le manifestó su más severa oposición a que se le hiciera tal concesión especial a Estados Unidos (8) Poco después acompañó al cónsul francés P. Darasse al despacho del Ministro de Relaciones Exteriores y, juntos allí, expresaron formal protesta contra cualquier privilegio territorial concedido a EE.UU. "aún cuando se tratara -expresaron textualmente- de una sola pulgada del territorio", como si hubieran tenido conocimiento del texto secreto de las Instrucciones del Secretario Marcy. La palabra pulgada revela que la expresión fue de Shomburgk puesto que el francés estaba habituado al sistema (8) Charles Calan Tansill: 'The US. and Santo Domingo", (1798-1873). Baltimore, 1938. 39 métrico y hubiera dicho seguramente ni un solo centímetro o milímetro cuadrado(9) Por su parte, el cónsul francés en Haití, M. Raybaud, su trasladó inmediatamente a Santo Domingo y se sumó a los protestantes con sus propios argumentos y recursos. Un documento de la época refiere que "el Presidente de la República y sus colegas están aterrados por la violenta impetuosidad con que les amenazaron dichos funcionarios, y más particularmente en las conferencias se distinguía M. Raybaud. -A una señal mía, les decía en días pasados, estará (el Emperador haitiano) Soulouque a vuestras puertas para exterminarlos. . :' (10) Luego se hizo valer la Mediación. Los cónsules inglés y francés le advirtieron al Gobierno que las potencias Mediadoras entre Haití y Santo Domingo, entre las cuales figuraba EE.UU. por cierto, se sentían relevadas de sus compromisos para preservar a Santo Domingo de cualquier agresión haitiana si sé llevaba a cabo el Tratado con EE.UU. A su vez Haití anunció que entraba en campaña contra Santo Domingo en vista de que los dominicanos preparaban su propia anexión a una nación esclavista lo que, desde luego, representaba un peligro inmediato para la Independencia haitiana. España estaba impedida de llevar a cabo gestiones oficiales en el sentido de obstaculizar el Tratado, por su tenacidad en no hacerse representar en el país a fin de conservar su derecho a reclamar su soberanía llegado el caso. Pero los Gobernadores de Cuba y Puerto Rico actuaban a través de sus agentes en Santo Domingo, principalmente Juan Abril, un comerciante catalán que tenía grandes influencias personales en Santo Domingo y quien era visitado en su propia casa por el Presidente Santana. La gravedad de la situación obligó a España a designar a Eduardo Saint-Just como cónsul en Santo Domingo. Las instrucciones del nuevo Cónsul resumían la situación en la forma siguiente: (9) Idem. 40 "La situación geográfica de aquella antigua posesión española haría muy peligroso que se apoderasen de ella los Estados Unidos: y las noticias últimamente recibidas muestran que este peligro es inminente. 'Según dichas noticias, el 17 de julio último fondeó en Santo Domingo la fragata anglo-americana Columbia conduciendo a su bordo al General Cazneau, el cual parece llevaba poderes de su Gobierno para hacer un Tratado con la República Dominicana, que si bien tendría por objeto ostensible estipular ventajas reciprocas al comercio, se dirigirla en realidad a conseguir la ocupación de la magnífica Bahía de Samaná, como posesión ventajosísima para hostilizar a la Isla de Cuba en caso de guerra. "El Presidente Santana, que gobierna en Santo Domingo, ha dado siempre muestras de sus simpatías hacia España y de su repugnancia a acoger las interesadas sugestiones de los Estados Unidos, pero desgraciadamente parece que algunos de sus Ministros han dado oídos a las primeras indicaciones del General Cazneau. "Han contribuido a ello la llegada a Santo Domingo del General Mella y lo descontento que se ha mostrado de la acogida que encontró en Madrid en el anterior Gabinete, el cual no sólo negó a la República Dominicana el protectorado que solicitaba sino que rehusó también reconocer su independencia La situación llegó a ser tan tensa que adquirió tonalidades navales más que diplomáticas. Barcos de todos estos países iban y venían con cualquier motivo. El Cónsul Saint-Just llegó en la nave española Francisco de Asís, el francés Raybaud llegó en su bergantín fuertemente artillado, y otras unidades hacían sentir su cercana presencia. Era sabido que Inglaterra tenía su flota de las Antillas a la distancia de un disparo de mosquete y, para asegurar este disparo, tenía fondeado en la rada de Santo Domingo que, paradójicamente se denomina Placer de los Estudios, el vapor de guerra de S.M.B. Argus. (11) Idem, pág. 157. 41 Francia mantenía allí no una sino varias unidades. Según
informaban los Agentes se encontraban en la rada dominicana la fragata
La Penélope de 40 cañones, los bergantines Orestes y Meleagre
de 16 cañones y el vapor L'Ardent de 200 caballos de fuerza y 4
cañones. Un despacho del Gobernador y Capitán General de Cuba al Ministro de Ultramar en España manifestaba tajantemente: ' Juzgo que el único medio de terminar tan desagradable situación
es de oponer por la fuerza la más vigorosa resistencia a las pretensiones
que los Estados Unidos tienen sobre este pats (Santo Domingo).
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