P: ¿Qué opinión le merece el posicionamiento de la Iglesia Católica como la institución más confiable?
R: Ciertamente es una valoración que nosotros apreciamos mucho porque refleja un dato de la realidad, esas son encuestas muy creíbles, eso dice muy bien de la iglesia, también de las universidad que es la otra institución más creíble en República Dominicana y yo diría que en América Latina.
P: ¿Qué significa para la iglesia esta valoración?
R: Nosotros queremos seguir siendo así, porque sabemos que hay grupos que atacan para que perdamos esa credibilidad por el hecho de que le resulta molesto, la iglesia desea que todas las demás instituciones sean también creíbles porque así toda la sociedad funciona.
P: ¿Cuáles son esos grupos que adversan el trabajo de la iglesia?
R: Para nosotros esos no es nuevo; aquellos que en nuestros discursos tildamos de corruptos no le interesa que nosotros podamos aparecer como signos. Tú encuentra que nuestro lenguaje y discurso de ninguna manera va a ser agradable a los delincuentes, los narcotraficantes a los que trafican con personas.
P: ¿Podríamos afirmar que estos actores son enemigos de la iglesia?
R: No son enemigos la iglesia, son enemigos de la sociedad.
P: ¿A qué atribuye ese posicionamiento de la iglesia?
R: Primero al trabajo social y la preocupación por los seres humanos, es bien sabido que no contamos con los recursos necesarios, pero que se hace un trabajo digno. En segundo lugar está la coherencia de la iglesia entre su decir y su obrar, porque aunque en la institución hayan hombres que tienen fallos, la iglesia tiene una verdad y unas afirmaciones a la que nunca renuncia y una tercera razón es la convivencia en los largos años de servicios en las comunidades, donde hay una continuidad de trabajo de hombres y mujeres que se entregan voluntariamente a esta labores.
P: ¿Usted creé que hay una crisis de solidaridad en la sociedad?
R: Lo que uno encuentra hoy es que hay muchas personas que no asumen una responsabilidad permanente sobre la solidaridad, pero la solidaridad se mantiene. La solidaridad hoy día tiene un gran valor para la sociedad.
P: ¿Cuál es su valoración del crecimiento del protestantismo?
R: A nosotros nos alegra que hayan grupos que se coloquen en la líneas que decía Jesús de predicar y llevar el mensaje, estamos de acuerdo con ellos, queremos trabajar con ellos y no buscamos de ninguna manera atacarlos. Nos alegra que existan grupos sean cristianos o no cristianos, pero que lleven valores y elementos positivos a las comunidades. Nos duele mucho cuando toman posiciones de ataque a la Iglesia Católica pero no queremos responder de la misma manera.
P: Qué opina de la propuesta de la Iglesia Evangélica donde piden que se eliminar el Concordato acuerdo que obliga al Estado a dar ayuda a los católicos?
R: Voy a remitirme a lo que han dicho otras instituciones donde establecen que lo más importante no es una discusión sobre el Concordato o no Concordato, están en su derecho de solicitar ayuda, pero no tiene que hacerlo en contraposición con la Iglesia Católica. A mi me parece que al igual de otros grupos sociales, ellos tienen derecho de exigir ayudas al Estado, pero esto no quiere decir que haya que quitarle a los demás para beneficiarlos.
P: ¿Creé que las autoridades escucharon el planteamiento del Episcopado que planteaba que los efectos de la violencia y la delincuencia tienen sus raíces en un gran desorden que intranquiliza la población?
R: No se si referían al mensaje de la Carta Pastoral, pero se tomó una de las realidades que consideramos que es importante, el desorden. Por ejemplo las familias no tenían control, como darle seguimiento a los jóvenes y con esas medidas han venido a poner un poco de orden. Otra cosa que vemos con preocupación es el descontrol con la compra, venta y tráfico de armas y las drogas. Está claro en el narcotráfico hay impunidad de las autoridades y otros sectores que influyen para que se trafique.
P: ¿Considera usted que los dominicanos son desordenados?
R: Yo no creo que el dominicano esté formado para el desorden o que tenga la vocasión para esto, porque cuando un dominicano va a otros países, cumple con reglas tan elementales como respetar las leyes en el tránsito y no tirar basura. Cuando estamos aquí no lo hacemos, porque se ha creado la mentalidad de que los dominicanos no guardamos el orden. Si en otra parte lo hacemos yo creo que aquí nos hemos creado un ambiente de que no podemos.
P: ¿Qué recomendaciones haría para la reforma constitucional que se plantea?
R: En primer lugar las reformas que hay que hacer son las que en este momento puedan ayudar en la turbulencia que padece el pueblo dominicano, porque hay derecho al que nosotros no podemos renunciar como el derecho a la vida y la dignidad de los dominicanos. En segundo se debe obviar esas coyunturas que procuran una reforma para satisfacer intereses particulares y políticos y por eso se tiene que tomar en cuenta la visión de la mayoría.
P: ¿Cuál es su opinión en torno a la práctica del clientelismo político?
R: El clientelismo en todos los países de América Latina ha sido una de las causas de corrupción. Esta práctica ni siquiera llega a ser una forma de ayuda o de caridad para una persona, porque los políticos deben ayudar a través de la generación de empleos por medio de la creación de instituciones sólidas y fuertes, pero el clientelismo no es más que una propuesta personal que busca beneficio para quien otorga la ayuda, no para quien la recibe.
P: ¿Considera usted que el afán de los legisladores de crear más municipios es un elemento del clientelismo?
R: Yo creo que hay casos en que se cae en esta práctica, por eso muchas instituciones de la sociedad no le creen a los diputados y senadores y es un pena porque habrá lugares donde se justifica una división política, pero por la falta de credibilidad la población no se siente segura y no sabe si apoyar los proyectos o estar en contra.
P: ¿Creé usted que el Gobierno ha desatendido las prioridades de Santiago?
R: Cuando el actual presidente, Leonel Fernández, vino a Santiago al iniciar su mandato, asumió como suyas las obras contempladas en el Plan Estratégico, entonces yo creo que tenemos una palabra que es la aceptación de este propuesta por parte del Estado. Pienso también que las nuevas autoridades deben ayudar a empujar estos proyectos que son de gran importancia para el desarrollo del Santiago y la región del Cibao.
P: ¿Qué representa para Santiago trabajar por el rescate de su Centro Histórico?
R: Yo veo de positivo es el gran interés por Santiago y ahora por su Centro Histórico que es como el corazón de la ciudad, ya se están dando pasos en este sentido, incluida la Catedral Santiago Apóstol, que también forma parte del proyecto de remoción.
P: ¿Qué ha hecho la iglesia con los escándalos en los que se han visto envueltos algunos miembros?
R: Nosotros, el criterio que hemos tenido es que se busque siempre la justicia y verdad y eso indica la coherencia, en todos estos casos, los que sean deben primar los valores.
P: ¿Contempla la iglesia sanciones para aquellos miembros que cometen fallas?
R: Cuando se han probado los casos de manera criminal, también la iglesia toma las medidas, pero tienen que haber prueba porque no se puede condenar a nadie públicamente, ni de manera interna, antes de que se pruebe.
P: ¿Algún ejemplo de miembros sancionados por la iglesia en los últimos años que podría citar?
R: No, nosotros no conocemos ninguno así que haya sido de corte criminal, sino que cuando un sacerdote decide dejar el ministerio lo deja, pero eso es muy normal en la vida de la iglesia.
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