Monseñor Roque Adames

 

Editorial El Nacional
2/11/2009

 

La partida a la eternidad de un ser humano con las cualidades y virtudes de monseñor Roque Adames ha de ser una experiencia maravillosa, como la define monseñor Ramón de la Rosa y Carpio, quien estuvo a su lado al momento de su deceso en el Hospital Metropolitano de Santiago y ha testificado que “murió con una paz increíble”.


Así tenía que ser, porque monseñor Adames, quien falleció a los 81 años, fue un hombre bueno, cuya sotana, que vistió con humildad y dignidad por 55 años, estuvo siempre al servicio del bien común.

Sin pretender suplantar a Dios, este obispo emérito pudo siempre confrontar sus naturales debilidades humanas con la fortaleza de su fe, lo que ayudó a consolidar un sólido liderazgo entre los obispos y una proverbial mancomunidad de confianza y respeto con su feligresía.

Nació en Jánico, en el corazón de la Cordillera Central, el 8 de noviembre de 1928 e inició su vida religiosa en el seminario menor Padre Fantino, en Santo Cerro, La Vega. Fue ordenado sacerdote en 1954.

Investido de obispo en 1966, monseñor Adames alcanzó el grado académico de doctor en teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, y fue considerado uno de los hombres más cultos e ideológicamente avanzados de la Iglesia Católica.

Con su crucifijo en ristre, este buen cristiano fue parte activa del Movimiento Renovador que ayudó a conquistar la libertad de cátedra en la Universidad Autónoma y fue también rector de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra y fundador del Plan Sierra.

Monseñor Adames asoció su pulcro ministerio a sus ingentes esfuerzos por consolidar el espacio democrático y regó semillas que hoy germinan sobre la responsabilidad social de las clases dominantes.

La República recordará por siempre a monseñor Adames, como un hombre sensible y sincero que predicó el Evangelio con tesón y pasión, sin que sus pies se despegaran de la tierra.

Santiago y toda la nación lloran hoy la partida de un hombre bueno que vivió y murió con una paz increíble

Tomado de: http://www.elnacional.com.do/editorial/2009/11/2/30632/Monsenor-Roque-Adames