Gabriela es la primera hija de Celeste, primogenita de Don Pedro Mir. La niña fue su idolatría. L.B.- ¿Cómo era tu abuelo? Gabriela.- El era muy dulce conmigo. Como yo sacaba buenas notas el me decía que yo tenía que pasarle el turno a otro. Me contó lo que una vez le pasó, que una gente estaba hablando con mi abuela, y le preguntó quién era su poeta favorito, y el decía otra gente. Y él dijo que no se daban cuenta de que él era el poeta nacional porque le tenían envidia. Y lo que usted estaba diciendo a mami, no me afecta, porque como yo quise ser hija de un cantante o algo, no sé, me parece igual. L.B.- ¿Cuál es la imagen que recuerdas de tu abuelo ahora que no esta? Gabriela.- Bueno, como un hombre bueno que me quería muchísimo. L.B.- ¿Cómo el era contigo, con la gente? ¿Qué te decía? ¿Qué consejos te daba? Gabriela.- Recuerdo que me contó que cuando era niño participó en un concurso de deletrear palabras y que había perdido al final porque no supo partir la última palabra. L.B.- ¿Cuál era la moraleja de la historia? Gabriela.- Que no importa que en un momento no sepamos algo, que no me impresione tanto por querer aprender tanto las cosas, que todo viene a su tiempo. Que no importa si pierdo que le de el turno a otro. Que me suelte tanto. L.B.- Ahora mismo,¿cómo vas a recordarlo? Gabriela.- Como una persona que me defendía frente a mi mami cuando ella me regañaba. L.B.- ¿Y lo vas a querer siempre? Gabriela.- Sí, mucho.
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