C.T.M.- Bueno, porque precisamente este testimonio que estamos dando lo
acostumbramos a hacer, porque Usted no me lo está diciendo: yo se lo estoy preguntando.

P.M.- "Bueno, yo te puedo dar el testimonio inmediato: "Contracanto" ha
sido traducido al ingles cinco veces. Pero además hay una edición reciente de
una panorámica de mi poesía de una obra bilingüe, es decir, una está en español
y la otrá en ingles. A la puesta en circulación de esa obra, yo asistí en Nueva
York..."

C.T.M.- ¿Cuándo fue eso?

P.M.- "El año 1993. En esa ocasión, el maestro de ceremonias dijo. después que hablaron unas cuantas personas, que yo daría las gracias. Se me concedió el privilegio de dar las gracias en español, en ingles, en "spanglish", entonces yo me vi obligado a dar las gracias en inglés,
no sin hacer una serie de chistes, que se yo. como para disculparme de mi falta
de respeto. pero con la gran satisfacción de que cada vez que hice una cosa humorística,
tuve una respuesta en el auditorio; así que eso me hizo muy feliz. Hay también
una edición de "Hay un país en el mundo", al francés, y en la ex-Unión Soviética
se hizo una traducción también de "Hay un país en el mundo". Y tengo una traducción
que hizo, por cierto un alemán, que parece ser una buena traducción.., bueno,
¿y a cuál otra lengua?... ¡ah. sí!; A la lengua castellana también ha sido traducida..."

C.T.M.- Don Pedro, se me ocurre preguntarle, ¿en alguna ocasión ha incursionado
Usted en política, o es de los que entiende que el artista no debe participar
en política?

P.M.- "Bueno, yo lo que entiendo es que toda criatura humana es política porque la política es la ciencia del poder. La política es la actividad más importante de la vida social, porque va a determinar la conducta, el comportamiento de los seres; ahora el artista que tiene una visión del mundo en que le toca vivir, inevitablemente tiene una visión política. Lo que no entiendo yo es que
la política se reduzca a los episodios determinados de la política en general;
la política comprende innumerables aspectos. Innumerables formas de desarrollo
y de expresión y manifestación histórica. Existe la "historia política", pero
que se considere "política" estrictamente la lucha de determinado candidato por
ser presidente de la república de un determinado país, eso no es para mí la política;
eso me parece a mí reducir la política a términos muy domésticos; ése es mi criterio".

C.T.M.- Don Pedro, ¿podría decimos alguna anécdota que tenga que ver con
su vida, con sus poemas? Y aparte de escribir, ¿se podría decir que Usted ha ganado
buen dinero con la poesía. don Pedro?

P.M.- "No, yo he vivido siempre de un trabajo que no tiene nada que ver con la poesía, bueno, inicialmente fui abogado, tuve mi bufete: después fui profesor-inspector de la antigua Escuela Normal "Presidente Trujillo", que era la única que había en la capital entonces, frente al parque
Independencia; ahí estudié y ahí fui profesor; posteriormente se construyó el
edificio en lo que hoy es el Liceo Juan Pablo Duarte".

C.T.M.- ¿Ha ganado Usted buen dinero con sus poesías, don Pedro?, ¿sus poemas le han producido, aparte de la satisfacción de escribirlos, buenos dividendos?

P.M.- "Bueno, una cosa que te voy a decir es interesante: yo soy un escritor más fecundo en prosa
que en poesía; tengo más títulos, he publicado más libros en prosa que en poesía.
De los libros en prosa he recibido algún dinero, cuando han entrado en circulación
estas obras, y cuando se reeditan recibo alguna remuneración que no me ha permitido
nunca vivir específicamente de esos ingresos: esos dineros han sido como un adorno
de mi vida. "Yo recibía, hará de esto unos quince años, regularmente unos envíos
de la Editorial Siglo XXI de México, que había editado "Hay un país en el mundo";
pero no pocas veces el cheque que me llegaba era de veinte dólares. En aquella
época. esos veinte dólares me permitían ir a un restaurante modesto con un amigo,
pero sólo una vez. Por ejemplo, cuando yo publiqué "Buen viaje. Pancho Valentín",
le vendí esa obra a la Editora Taller y me dieron mil pesos. En aquella época
era una suma importante; también le vendí a la Editora Nacional el derecho a publicar
mi obra por la misma suma de mil dólares. La única vez que he recibido una suma
apreciable, que en alguna medida se le puede atribuir a mi trabajo literario y
artístico, es con el Premio Nacional, de cien mil pesos, que después lo elevaron
a doscientos mil pesos, y tanto a mí como a Manuel del Cabral nos lo dieron retrospectivamente,
ya que a Manuel Rueda se le dieron doscientos mil pesos".

(Anterior)    (Continua)