C.T.M.- Según lo que Usted explicó hace un momentito, don Pedro, se habla.
Usted señala que el poeta "se hace"; ahora, yo le hago una pregunta: la vocación
de aquel hombre que se inspira, aunque haya ido a la universidad, ¿hay que tener
alguna chispa de eso, se viene con eso y después se va puliendo?... Es una insistencia
de mi parte tal pregunta.

P.M.- "Yo te agradezco esta reiteración porque eso debía haberlo tenido en cuenta a la hora de darte mi respuesta anterior.

¿Que sucede? Eso de que la "poesía se hace" es una tesis ingrata; no me gusta eso de que para ser poeta hay que consagrar lo más vivo de nuestra inteligencia, tenemos que acoplar conocimiento de toda la realidad, de toda la vida que nos rodea, del mundo entero, y que además de eso hay que hacer estudios en la práctica y del oficio particular de la poesía: esto significaría el estudio de toda una gran poesía desde el Siglo de Oro, si nos referimos a la poesía española: hay que saber lo que es un poema, hay que saber lo que es un soneto, lo que es una oda, lo que es la rima, lo que es la métrica, eso, en el orden específicamente técnico: pero hay que tener una concepción general de la vida y del mundo para que Usted pueda ejercer, no digo yo la profesión, sino la actividad, desde el punto de la poesía, como la del sacerdocio.

Por eso no nos resulta grato que se nos pidan todas esas condiciones para que se nos reconozca; entonces, al formular tu pregunta, utilizaste una palabra "clave", la palabra "inspiración", porque precisamente la idea de que la obra de arte responde a la Inspiración, nos permite a todos militar en el campo de la poesía, porque bastaría que recibiésemos ese efluvio misterioso que es la inspiración, y ya, así cualquier persona puede tener el privilegio de haber sido tocado por ese golpe mágico.

Pero es que la inspiración es una concepción de la escuela romántica del siglo XIX. una concepción de la poesía como cualquier otra; eso no quiere decir necesariamente que la poesía sea producto de la inspiración sino sólo que para los románticos, la poesía y toda forma del arte, era producto de ese "lo que divino" que es la "inspiración".

Yo no soy de los que creen que la poesía sea inspiración. Yo lo que creo es que la poesía es un arte de comunicación humana. que es una forma en que una persona envía un mensaje a sus contemporáneos, a los miembros de la misma comunidad, o a la humanidad en su conjunto, y ya eso crea otras condiciones.

Porque primero hay que tener un mensaje que comunicar: la cosa no es simplemente jugar con las palabras y ponerlas a que rimen con otras: hay que tener algo que decir, y no necesariamente venir de un sitio misterioso, que es lo que supone la inspiración, sino como resultado de la convivencia con los hombres, el hecho de haber sido testigo de un periodo de la vida humana, el de haber estado a expensas de los grandes problemas de la vida humana, el de haber estado a expensas de los grandes problemas que acometen al ser humano.

Yo soy uno de ellos, por ejemplo, aquí en el área del Caribe, aquí en Santo Domingo, esa es una experiencia que no conoce ningún europeo; es decir, que hay muchas cosas que Usted le puede decir a un europeo, si le habla de la República Dominicana".


C.T.M.- ¿Cómo se siente el poeta mejor: cuando interpreta el mismo sus
versos, o cuando los escucha interpretados por un profesional de esta área?

P.M.- Bueno, yo te contestaría con otra pregunta: ¿Cuando muere el poeta, ¿deja de
ser poeta?

C.T.M.- No.

P.M.- "¡Ah! Entonces importa poco cómo sea recitado, porque el no va a tener ningún testimonio de la persona que la recite, si lo recitó bien, si lo leyó bien o mal; el poeta desapareció y quedó su poesía; esa pregunta tienes tú que formulársela al poema mismo, no al poeta".

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