Pero dejemos rodar la interesante entrevista que tuvimos con él con motivo
de
la entrega de nuestra placa de reconocimiento "In vitam".
C.T.M.- Don Pedro,
nos sentimos orgullosos de tenerlo con nosotros.
P.M.- "Muchísimas gracias,
me siento muy satisfecho por esta gentileza".
C.T.M.- ¿Cuándo y dónde nace
el poeta don Pedro Mir?
P.M.- "Pues, nací a principios de siglo en un ingenio de azúcar
que. aunque actualmente conserva su nombre, ya desapareció. Fue sustituido
por un ingenio moderno y las casas en que yo viví, incluida aquella en
la que nací, pues,,, desaparecieron. Eso fue en el Ingenio Cristóbal Colón,
en San Pedro de Macorís, en 1913".
C.T.M.- Los padres del poeta Don Pedro Mir.
¿quiénes fueron?... ¿Acaso alguno de ellos está vivo?
P.M.- "Bueno, quisiera yo que aunque fuese uno de ellos estuviera
vivo, y ojalá que lo hubiese sido mi madre, a quien no conocí. Mi padre,
que era quien realmente se llamaba Pedro Mir, fue
un tonto cubano que trajeron los Vicini para encargarse de la factoría
del ingenio
donde precisamente yo nací; porque esta compañía tenía otros ingenios,
en los
que él trabajó, y mi madre fue una puertorriqueña que vino con su hermana
a reunirse
con su padre, y así sucedió que se encontraron las dos Antillas aquí en
Santo
Domingo. Y yo vine a ser el perfecto antillano, de las Antillas de lengua
española,
por supuesto, las tres grandes Antillas".
C.T.M.- ¿Podríamos decir que el poeta nace,
o se hace? "Bueno. ese es un problema que ha sido largamente debatido:
P.M.- Yo, en principio, considero que la poesía, como cualquier
otra forma
del arte. esta determinada por una serie de realas convencionales que
hay que
aprender: yo no se si se ha preguntado alguna vez si el pianista nace
o se hace,
si el pintor nace o se hace: cualquiera que sea el criterio que se tenga,
el hecho
es que el pianista tiene que estudiar durante ocho horas diarias si quiere
ser
un verdadero pianista..." ¡Y pasarse ocho años estudiando! "¡Que ocho
años, una
vida en el estudio!... Lo mismo puede decirse del pintor, del arquitecto,
del
bailarín, es decir, de todas las formas de comunicación artísticas. Es
indudable
que hay que consagrar mucho tiempo de estudios. Desde luego, hay un criterio
popular
que llaman así, de que "se nace con la poesía". y por eso no se tiene
ningún compromiso,
y basta con tener un pedacito de papel y un lapicito. para componer un
poema:
es posible que haya un analfabeto que componga un poema sin registrarlo
gráficamente,
sin necesidad del lápiz y del papel; pero esta nunca será una gran poesía,
ni
va a ocupar el lugar que le corresponde en la literatura de un país o
de una nación.
Yo creo que todas estas consideraciones... yo estoy completamente convencido
que el poeta se hace, pero además se hace con un trabajo muy riguroso,
y además
con una consagración a veces tan profunda, que desplaza todas las otras
actividades
de la vida, y no es raro ver que los poetas más eminentes hayan sido también
los
hombres más desposeídos de la fortuna y más abandonados de la gran vida,
porque
precisamente, la consagración de su vida al oficio le sustrae de los otros
compromisos
que tiene uno consigo mismo".
C.T.M.- ¿A qué atribuye el poeta Don Pedro Mir,
como el acaba de manifestar en estos precisos momentos, que el poeta o
los poetas sean tan mal pagados? La gran mayoría no vive bien económicamente.
P.M.- "Bueno, yo creo que ya la respuesta la había dado, pero
ante todo quiero hacerte
la advertencia de que la palabra "aprender" está un poco fuera de contexto,
porque
vine a conversar amablemente contigo y con tu auditorio, no vengo a hacer
profesión
de magisterio aquí, de cátedra, y quisiera que las opiniones que yo dé
aquí se
tomen como una mención improvisada, que son manifestaciones en una conversación
que no ha sido previamente programada, y que responde al momento emocional
que
estamos viviendo ahora. "Ahora paso a responder tu pregunta. La poesía,
en una
sociedad como la que vivimos, que está determinada principalmente por
el factor
económico, no es desgraciadamente un producto de consumo, un poema no
es tan útil
como una goma de automóvil, como un cepillo de dientes, por ejemplo, y
por consiguiente,
no está en los supermercados, en ningún anaquel de ningún supermercado
se encuentra
algún poema para la venta, pues, la gente prefiere comprar el cepillo
de dientes,
que es más inmediato que un poema; entonces, como no es una mercancía,
en un mundo
regido por la mercancía, pues no tiene lugar. Lo que pasa es que. a pesar
de todo,
la poesía no desaparece, a pesar de lo que es esta limitación. Pero la
poesía
sigue constituyendo un fenómeno importante de la vida humana, y no es
posible
que se desplace de la comunión de los hombres, y naturalmente tiene que
estar
siempre presente en ese contraste, como es una sociedad determinada por
la mercancía,
y la poesía no es una mercancía, pues siempre tiene que estar postergada".
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