Hay un país en el mundo se publicó en La Habana (el colofón dice que terminó de imprimirse el 5 de mayor de 1949), y fue la primera publicación individualizada de un poema de Pedro Mir. En el poema aparece de nuevo el ingenio como sustanciación -porque no podría decirse personificación de los peores males nacionales, pero esta vez toma cuerpo en ese poema una tendencia que se traslucía en el verso "...la loma baja un triunfo de esmeraldas" de A la carta que no ha de venir. En su antología de poetas dominicanos publicada en Madrid en 1953 y reeditada en Santo Domingo en 1982. Antonio Fernández Spencer refiere que "En una conversación que, de modo incidental, sostuvimos una vez, me confesaba Mir que si Rubén Darío estuviese vivo, y su poesía vigente, él se dedicaría a hacer poemas a la manera del autor de Era un aire suave". ¿Qué aspecto de la poesía de Darío le llamaba la atención a Pedro Mir? Cuando le hice esa pregunta el autor de Hay un país en el mundo dijo que la cadencia rítmica del gran poeta nicaragüense, y agregó: "No olvides que yo era músico". Y he aquí que las palabras usadas no sólo por lo que significan sino al mismo tiempo por la manera como suenan y la atmósfera que crean cuando se conjugan su valor objetivo, que es el sonido, y su valor subjetivo, que es su significación, juegan un papel singular en Hay un país en el mundo y en todo lo que después de ese poema va a escribir Pedro Mir. Me adelanto a decir que no debe confundirse ese uso de las palabras que hace Pedro Mir con lo que Alfonso Reyes llamó jitanjáforas, dato que debo a la gentileza del profesor Abelardo Vicioso. Jitanjáforas. explicó el profesor Vicioso, quiere decir palabras sin sentido que se combinan con agradable sonoridad, tal como las combinaba Zacarías Espinal, de quien recuerdo un verso, uno solo: aquel de "hierosimilitanan su heráldica poyura". El uso de los valores musicales de tas palabras que son al mismo tiempo valores conceptuales, pero esto último de manera independiente dentro del curso de la oración poética, es característico de la poesía miriana a partir de su poema Hay un país en e! mundo, incluido éste, pero al mismo tiempo es una superación del uso de la musicalidad propia de la poesía que hallamos en los versos de Rubén Darío. Pedro Mir escribe versos que si se aíslan de su contexto parecen violaciones de las reglas gramaticales, y sin embargo esos dichos que por si solos no tienen sentido, esas violaciones de las reglas aportan a su poesía una cualidad reiterativa tan convincente que el lector no se da cuenta ni de su carencia de sentido lógico ni de su violación de las... (Texto Anterior) (Continúa)
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