La pobreza noble y digna (no la miseria) no es en forma
alguna un mal, sino que puede y debe ser fuente de virtud
en el hombre
o la mujer consciente. Seria deseable que los medios de comunicación
así lo destacaran, como destacan el valor indiscutible
del consumo elemento de bienestar.
Juzgar
Su importancia
En el ejercicio de una profesión han de tenerse presentes
por su importancia, los “valores”. Hoy se habla mucho
de ellos. Para formarnos una idea de los que son los valores,
ayudaran estas notas tomadas del “Vocabulario de Filosofía” por
Regis Jolivet:
1ro. Valor es “el precio que se atribuye a una cosa o
estima que se hace de ella, sea en razón de su perfección
propia, o sea su valor absoluto; sea en razón de la
utilidad de que rinde, o sea su valor relativo.
2do. Concretamente, valor es la cosa afectada de valor, lo
que es sinónimo de bien. Hay bienes económicos:
las cosas que pueden responder a las necesidades materiales
del hombre
y bienes morales: susceptibles de satisfacer sus necesidades
espirituales.
Siendo
el termino valor sinónimo de bien, la división
de los valores corresponde a la de bienes: útiles,
deleitables y honestos”.
La
definición mas común de valor lo define como “la
capacidad de un objeto ideal para desencadenar nuestros estados
afectivos”. El objeto indicado no es real, sino que vale.
Tiene “valencia”. Esta es un efecto determinado y
apreciable en nosotros, que debe ser tenido en cuenta. La belleza,
por ejemplo, es un valor, y fue definida hace siglos como “gracia
que deleitando el alma, la mueve a amar”. (Definición
de León Hebreo).
Los valores no pertenecen al orden de la realidad, aunque
como enseñe filósofo Max Scheler, tendremos que comprobar
su posible “realización”, cuando los valores
se hacen “reales” en los bienes.
2. Propiedades de los valores.
Se han establecido cuatro propiedades, de los valores: objetividad,
cualidad, polaridad, y jerarquía o rango. Para tener
una idea mas definida de los valores, veamos en que consisten
esas
propiedades.
1ª) La objetividad
es la propiedad que tienen los valores de valer por si mismos,
independientemente de la apreciación
subjetiva o personal del sujeto que valora.
2ª) La
cualidad permite distinguir las distintas clases de valores.
Así distinguimos los valores útiles
de los valores morales, estéticos o religiosos,
porque son “Cualitativamente diferentes”.
3ª)
La polaridad de los valores pone de manifiesto que
como los valores se manifiestan en una cualidad determinada,
es propio de ellos tener contrarios a cada valor, corresponde
un “antivalor”.
A la “belleza” (valor positivo) corresponde
la “fealdad”,
(valor negativo) al valor “bueno” (positivo)
corresponde el antivalor o valor negativo “malo”.
A esa propiedad, según la cual a un valor corresponde
un contravalor, o lo que es lo mismo, a cada valor
positivo corresponde un valor
negativo, se ha llamado “polaridad de los valores”
4ª)
La jerarquía de los valores es el rango o
importancia de cada uno de ellos. Hay objetos más
o menos bellos. Hay cosas más o menos buenas.
En
resumen: En la moral de nuestro tiempo influye
el concepto de los valores, que es propio de la filosofía
actual. Esta ha distinguido entre lo que una cosa
es (mundo del ser)
y lo que una cosa vale (mundo del valor) La rama
de la filosofía
que estudia los valores como problema ha recibido
el nombre de filosofía de los valores axiología.
Con
todo lo que pueda haber aportado de nuevo la
filosofía
moderna, la idea de los valores no es nueva. Ya
en su tiempo Santo Tomas de Aquino (Siglo XII)
enseñaba sustancialmente
estas ideas con otros términos, y mas aun,
la formula “los
valores no son, sino que valen” está clara
en los sabios de ese mismo siglo.
3. ¿Que importancia
tiene el conocimiento de los valores para la moral profesional?
La respuesta es fácil: Todas
las acciones humanas son valorables y tienen una doble valoración:
la primera es física y es la cantidad de energía
desarrollada en ellas. La segunda es ética y es la relación
de conformidad o disconformidad con las normas morales.
Las
acciones físicas vienen a corresponder a los “actos
del hombre”, que no caen bajo el dominio de su voluntad.
Las “acciones humana” o “actos humanos” en
cambio envuelven siempre una apreciación o valoración
personal que abarca el acto que se realiza y sus circunstancias.
Supone una libre elección, por lo cual somos responsables
moralmente de ellas.
Esto nos lleva necesariamente
discernir el sentido de la libertad en el hombre. Si no fuéramos
racionales, no haríamos
ni bien ni el mal. No seriamos libres. Y estaríamos
al nivel de los animales irracionales.
Hay dos criterios
intelectuales diferentes que se manifiestan en el curso
de los tiempos: Toda la tradición cristiana
expresada en el magisterio de la Iglesia esta a favor del
libre albedrío y la libertad interior del hombre.
Lo han negado los fatalistas, los calvinistas y los neokantianos
entre otros.
Pero la razón universal, la aceptación común
de la mayoría de los hombres esta a favor del libre
albedrío,
que nos hace responsables de lo que hacemos, y que al mismo
tiempo nos dignifica y ennoblece.
Cuando un valor
positivo y noble influye en la voluntad, como por ejemplo
la honradez, el individuo siente la fuerza
y atracción
de ese valor moral. Es libre para actuar conforme a él
o contra él. Puede decir “quiero” o “no
quiero actuar así”. Si actúa mal y no es
honrado, no puede afirmar, sin traicionarse así mismo,
que actuó fatalmente y sin libertad. Las llamadas “razones” de
obrar que invocan como argumentos negativos los que niegan
la libertad interior, más que negar esta libertad, la
afirman. Eso mismo lo expresaba un adagio latino con mucha
claridad: “Veo
lo mejor y lo apruebo; pero sigo lo peor”.
Para un mejor
conocimiento de los valores en el orden practico, puede ayudar
la siguiente clasificación de acuerdo con
su jerarquía y en la doble forma de positivos y negativos.
Hay valores útiles (capaz-incapaz, abundante-escaso);
vitales (sano-enfermo, fuerte-débil); intelectuales
(verdad-error, evidente-probable); estéticos (bello-feo,
elegante-no elegante); morales (bueno-malo, justo-injusto);
religiosos (creyente-incrédulo,
puro-impuro) etc.
La jerarquía
de los valores denota que no todos los valores son igualmente
significativos. Unos
son más importantes
que otros si se mira a su efecto en nuestra vida. Así lo
que influye en el bienestar material es apreciable; pero
lo que influye en el bien espiritual es definitivamente
lo mejor. Cuando
se habla de una “inversión” de valores
se esta aludiendo a un cambio en la jerarquía de
los mismos, dando a las cosas negativas el lugar que corresponde
a las
positivas: el error por la verdad; lo malo por lo bueno.
La
más fuerte de todas las inversiones de valores que
se hace visible es la que coloca los bienes económicos
por encima de los otros valores. El dinero, que es la síntesis
de los bienes económicos, es un valor útil
cuando se emplea para el logro de cosas buenas: alimentación,
salud, educación, obras caritativas. Pero es un
factor negativo cuando su uso se destina a degradar u oprimir
al hombre.
Vale mas, mucho más, un hombre cualquiera, por infeliz
que sea, que todo el dinero del mundo. Es en este sentido
donde más se manifiesta la influencia positiva y
bienhechora del cristianismo, que trata de rescatar al
hombre completo de
todas sus miserias: las del cuerpo y las del espíritu.
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