Editoriales | Educativas | La situación universitaria ( 13 - 1 - 65 )

En el mundo universitario se están produciendo un espectáculo de interés fascinante, para un estudioso de lo que pudiéramos llamar sociología de la inteligencia de un país subdesarrollado.

Una Universidad a medias, por los conocidos defectos de su estructura y de su profesorado, está siendo reducida a Cero Universidad, con ferviente irracionalidad por núcleos dirigentes de la vida estudiantil.

Una Universidad está compuesta por Profesores y Estudiantes.

Afirmar eso es una perogrullada, pero una de esas perogrulladas que se ignoran entusiásticamente en la República Dominicana, en medio de una compleja palabrería que se emplea para sepultar las nociones más sustanciales.

Esa relación de Maestro y discípulo es muy especial.

Se supone que el Maestro posee un saber, una técnica, unos principios, que debe transmitir al discípulo.

Esa transmisión impone ciertas condiciones.

Una capacidad de comunicación del Maestro y una capacidad de recepción del discípulo.
Es claro que la receptividad del discípulo no es pasiva. Debe elaborar intelectualmente lo recibido y es posible que la verdad del maestro sea modificada luego por el discípulo en la interminable aventura del pensamiento.

Y que ese pensamiento de los discípulos sea luego fuente de magisterio, base de las transformaciones de la ciencias, de su enseñanza y de la Universidad misma.

Pero todo ellos es un proceso intelectual, no arbitraria decisión de la voluntad o del capricho.

La Universidad dominicana tiene enormes defectos, de todas clases.

Pero ha sido precisamente un intento de mejoramiento, hecho a base de consideraciones de la técnica docente como del reconocimiento de la misión social de la Universidad, lo que ha provocado una rebelión de grupos estudiantiles dominantes, por su dinamismo físico.

Hemos llegado al punto que esos estudiantes están en disposición de aporrear a sus maestros, romperle las narices y agarrándoles por el cuello decirles:

"Ahora, so reaccionario, esclavo del imperialismo, me vas a enseñar conforme a los principios democráticos.

"Me vas a enseñar el Segundo Principio de la Termodinámica, pero eso sí, democráticamente, sin muchas fórmulas matemáticas, inventadas por los enemigos del pueblo".

Y contra ello no hay remedio disciplinario posible de los profesores.

La Universidad no puede ser convertida en un cuartel.

La Universidad no debe ser convertida en vasalla de una turba anti-intelectual, compuesta por quienes se llaman a sí mismos estudiantes.

Muchas Universidades de América han padecido el mismo quebranto que la nuestra.

Unas veces dominadas, aherrojadas y aterrorizadas por los dictadores.

Otras veces paralizadas bajo el despotismo de grupos estudiantiles.

Pero en este último caso el remedio es un remedio espiritual.

Cuando más paralizan y degradan la dignidad intelectual de la Universidad, más dejan esos estudiantes de tener la condición académica de estudiantes.

A medida que la Universidad se asfixia, se van convirtiendo en otra cosa: en bravucones, en salvadores del país, en líderes políticos, en héroes, si usted quiere, pero todo menos estudiantes.

Pero como la condición de estudiantes es algo menos aparatosa, pero más digna y prometedora para la sociedad, llega un momento en que esa condición vuelve a ser deseable y la Universidad recobra su función docente.

El país necesita una Universidad dinámica, creadora.. Generosa, a la vez que exigente administradora del saber.

Si la actual generación de líderes estudiantiles es inca- paz de reconocer las condiciones naturales -racionales- de esa misión, no hay más remedio que esperar.

La Universidad no puede ser convertida en un cuartel.

Lo único que cabe esperar es que en nuestro país cobre vigor una comunidad intelectual fuera del ámbito universitario. .

De manera que el ejemplo de fuera, imponga la vigencia de normas inteligentes en la hoy moralmente desintegrada Universidad Autónoma de Santo Domingo. Otras veces paralizadas bajo el despotismo de grupos estudiantiles.


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