Editoriales | Económicos | Cómo aliviar la inflación ( 22 - 9 - 73)

Todas las naciones del mundo están padeciendo una aguda inflación, tanto las naciones prósperas como las más pobres, así las grandes como las pequeñas.

Muchos de los factores inflacionarios, escapan a la decisión de un Gobierno. Son componentes externos, son, como se dice, "inflación importada".

Pero cada Gobierno y cada país tiene un margen de acción, aunque no sea muy amplio, para combatir la inflación.

En el caso dominicano hay varias líneas de política económica que pueden ayudar a combatirla efectivamente.

Por ejemplo en materia de impuestos:

Podemos considerar dos tipos de impuestos: aquellos que contribuyen alza de los precios, y aquellos que disminuyen directamente los sueldos y salarios de los trabajadores.

Muchos de los artículos alimenticios más importantes, cuan- do se importan, están Ubres de impuestos o pagan impuestos muy modestos, tal es el caso del arroz, la harina de trigo, el maíz, la habichuela.

Esos productos han alcanzado un precio muy alto en los países productores, y acerca de ello nada podemos hacer.

Pero productos alimenticios 'de primera necesidad, si debemos adquirirlos, aunque nos cuesten caro.

El Gobierno debe disponerse a que se importen varios de los artículos de que tenemos déficit, aunque sea a un costo de muchos millones de dólares.

Nos parece bien la disposición del Banco Central de disponer que la importación de madera se haga con dólares propios, para así conservar divisas para la importación de alimentos.

Hay otros artículos que pueden ponerse en la categoría de importaciones sólo con dólares propios. Eso reforzaría nuestra capacidad de importar alimentos, que son las importaciones prioritarias.

Para ciertas importaciones de ese tipo debiera eliminarse el gravamen del diez por ciento al valor, para las importaciones que están libres de impuestos.

El segundo tipo de impuestos es el que grava directamente los sueldos y salarios de los trabajadores.

Por ejemplo los sueldos de los trabajadores, aparte del impuesto sobre la renta, cuando caen dentro de ese tipo de impuesto están gravados por contribuciones especiales para los Duodécimos Juegos, para el Banco de los Trabajadores, etcétera.

Es decir, proponemos que el gravamen para los Duodécimos Juegos no se cobre a los trabajadores y empleados que ganen menos de trescientos pesos al mes. Que la contribución para el Banco de los Trabajadores sea suspendida, por lo menos, durante seis meses para los trabajadores cuyo sueldo o salario es inferior a trescientos pesos mensuales.

Hay una serie de recargos sobre el impuesto sobre la renta -este es el país de los recargos- que bien pueden eliminarse para los contribuyentes de la categoría inferior.

Tal exoneración o suspensión temporera de tales recargos o impuestos, serían un alivio muy valioso para las familias de pequeños y medianos ingresos.

También debería aumentarse la tasa de interés sobre los depósitos de ahorros en los bancos comerciales, por ejemplo de un cuatro a cinco por ciento.

Las personas que tienen ingresos suficientes para ahorrar, tendrían un incentivo mayor para ahorrar, y reducirían así sus gastos superfluos casi siempre de productos importados.

En cuanto a ciertos artículos alimenticios de producción nacional, y que son básicos de la dieta dominicana, queremos hacer dos o tres observaciones.

En el país hay actualmente escasez de plátanos, en gran parte a causa de la sequía que sigue, azotando extensas regiones del Cibao.

Es bien probable, que la cosecha del gran platanal de Ansonia, ahora en sus comienzos alivie grandemente la escasez. Así confiamos.

Pero hay otro recurso: el guineo verde.

El guineo verde es un sustituto del plátano, con una diferencia: que es más sabroso que el plátano

Los puertorriqueños grandes consumidores de guineos sancochado y fruto, en eso pueden darnos una lección.

De modo que si el plátano se resiste a bajar de precio, hay que dedicar toda la producción nacional de guineo a sustituir el plátano.

No será un sacrificio para nadie.

En cuanto a la habichuela, todo el mundo se olvida que en este país desde hace 20 años se está importando habichuelas porque la producción nacional es insuficiente.

Pero ahora hay gran remedio: la gran producción de guandules.

Nuestro país exporta varios millones de dólares en guandules.

El guandul es mucho más barato que la habichuela.

El país debe comer guandules.

En cuanto a la carne de res: mantenemos en pie -como una mala res- nuestra herejía: que se le ponga un impuesto a la exportación de carne y se subsidie la carne para el consumo interno.

Ya hemos razonado en varias ocasiones esa proposición.

No nos hacen caso. Pero no nos vamos a declarar en huelga como los ganaderos. Insistiremos.

En cuanto a la carne de pollo, tenemos que decir unas cuantas herejías, el lunes.

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