Editoriales
| Agrícolas | Las
dos naciones ( 3 - 1 - 65 )
Para este periódico la noticia más importante que
ha publicado hace mucho tiempo, es una que aparece en la primera
página de hoy.
No ciertamente, la que tiene mayor relieve tipográfico
de posición, referente a las conversaciones entre diplomáticos
haitianos y dominicanos.
Esa no.
Es la noticia que se refiere a un aumento de la
producción en los cultivos del arroz.
Es decir, a un aumento de la producción
por unidad de recursos empleados.
El aumento de la productividad es probablemente
el mayor índice del desarrollo económico.
En vista del aumento de la productividad arrocera,
el país puede afirmar que se está desarrollando económicamente,
por lo menos en un sector de su agricultura.
Esto es extremadamente importante.
Desde múltiples puntos de vista.
Fue Disraeli, quien habló de una de sus
novelas - los primeros ministros británicos suelen escribir
novelas- a mediados del siglo XIX de las Dos naciones en que estaba
dividida la Gran Bretaña de su época: una esplendorosa,
imperial, heroica, y la otra, sumida en miseria, degradación
y sordidez.
Todo el esfuerzo de los hombres generosos y creadores
desde esa segunda mitad del siglo XIX hasta cuando va del siglo
XX ha consistido en abreviar las diferencias entre las Dos Naciones,
que han existido en cada país, tanto en cada país
europeo como en los Estados Unidos.
Porque en todos sus hombres creadores, en política
o en economía, han desarrollado un enorme esfuerzo igualitario,
sin rencores ni resentimientos.
Pues bien, los hombres más sabios en materia
de los problemas de los países subdesarrollados, cuyo problema
esencial consiste en que deben dejar de ser cada uno de ellos Dos
Naciones, afirman que el afán igualitarista hacia arriba,
tiene que consistir primordialmente en el aumento de la productividad
agrícola.
Todo esfuerzo de Justicia Social, de Abundancia,
de Igualdad Humana, tiene que consistir en incorporar la Nación
Sumergida, la Nación Agrícola, en una economía
de Mercado.
Transformar la Economía Agrícola
de Subsistencia en una Economía Monetaria.
El problema es decisivo.
Para ilustrarlo vamos a citar a un economista de
prestigio mundial -prestigioso hasta en la República Dominicana,
que es mucho decir- Walt W. Rostow.
"Al estudiar las experiencias de las naciones
en desarrollo nos encontramos, a menudo, con serios problemas de
desequilibrio económico. Las estadísticas pueden demostrar
que una nación determinada registra un crecimiento económico
general y que está adelantando en las zonas urbanas y en
la industria de la construcción. Sin embargo, un examen más
cuidadoso de las condiciones imperantes en esa nación puede
revelar un retraso marcado en el desarrollo de las zonas rurales.
Tal retraso llama nuestra atención hacia
el papel que desempeña la agricultura y el campo en el proceso
del crecimiento general. ¿Qué lecciones podemos aprender
de la situación de las naciones en desarrollo? Nuestra actitud
al problema o nuestro desconocimiento del mismo podría afectar
el bienestar de millones de personas durante la próxima década.
Sugeriría que el problema general que
confrontamos y confrontaremos en grado creciente ante las naciones
en proceso de desarrollo, no es meramente aquel que consiste en
desarrollar y mantener una tasa general de inversiones para producir
una elevación normal del promedio de ingreso por persona.
Es, más bien, la falta de equilibrio
regional y sectorial en el proceso de desarrollo. Con muy pocas
excepciones, presenciamos el hecho de que el desarrollo de las zonas
rústicas queda detrás.
En un intento de generalización de las
condiciones prevalecientes en la mayoría de los países
en desarrollo, se puede apreciar islas verdaderamente notables en
modernas actividades industriales y urbanas coincidiendo con el
estacionamiento o con el progreso muy lento del campo.
Sin embargo, desarrollo de las zonas rurales
ha demostrado constituir no solamente un deber social hacia dos
segmentos de una alta tasa de desarrollo para la sociedad en general,
incluyendo en particular el desarrollo industrial.
En realidad, existen tres funciones principales
definidas que la agricultura debe cumplir en las etapas iniciales
del proceso de desarrollo.
En primer lugar, naturalmente, la agricultura
debe suministrar los alimentos necesarios para satisfacer la demanda
de un inevitable crecimiento de la población.
En segundo lugar, la expansión agraria
es imperativa como fuente de capital de trabajo para el desarrollo
no agrícola, es decir, para producir las materias primas
que requiere la industria y para proveer de divisas.
Finalmente, la elevación de los ingresos
agrícolas puede proporcionar importantes estímulos
directos para otros aspectos del desarrollo, es decir, puede dar
lugar a la creación de mercados amplios para fertilizantes
químicos, equipo agrícola y bienes manufacturados
de consumo, así como proveer de una fuente de mayores ingresos
tributarios, tan urgentemente necesitada".
El problema central dominicano es el de transformar
la agricultura en factor dinámico del crecimiento económico.
Esto como ha dicho la FAO es el de incorporar a la tarea agrícola
innovaciones sencillas pero fundamentales.
Innovaciones sencillas pero fundamentales, una
tarea enormemente difícil en países con mentalidad
mágica, donde todo se espera de los llamados "hombres
necesarios", o de ciertos conjuros ideológicos.
En países donde todo esfuerzo por examinar
inteligentemente las condiciones de un problema, halla, por lo regular,
la repulsa de las "personas serias" y de los "intelectuales",
que han renunciado a pensar y sustituyen el examen de las realidades
por esquemas mentales prefabricados.
Nosotros consideramos que el esfuerzo inteligente
y constructivo, de hombres como S. Antonio Guzmán y el doctor
Camilo Suero y muchos otros, están abriendo el camino para
una economía dominicana más dinámica, más
creadora y más rica en contenidos humanos.
Nosotros consideramos que la tarea, sin rimbombancia
de hombres de ese tipo, está destinada a estrechar la distancia
entre las Dos Naciones que es la tremenda y explosiva característica
de la Sociedad en los países de América Latina.
Editoriales | Agrícolas
| Las dos naciones ( 3 - 1 - 65 ) |