Puede ocurrirnos, sin embargo, que nos preguntemos: ¿Pero, cómo se escribe?

En realidad, aunque existen tratados sobre ello, no hay reglas específicas para enseñar a escribir.

Escribir es cosa personal, nacida de uno mismo, una forma particular del ser escritor existente en uno.

Hay el escritor fácil, quién no necesita repasar demasiado lo escrito, para el cual las palabras brotan espontáneamente y con el sentido justo de lo que deseamos decir, expresar, explicar.

Cierto que en esta forma, el escritor "tiene algo que decir", esto es, lo dicho ha estado latiendo en él mismo, es forma de su yo íntimo, es el propio pensamiento puesto en letras, solamente.

Porque se pueden llenar cuartillas y más cuartillas, hasta con hermosas y bien pulidas frases, sin un contenido sin nada para dar a los demás.

Tal vez esta sea la fórmula: tener algo para dar a los demás. Y cuanto más rico sea el acervo cultural de uno, mayores dádivas podrá hacer en sus escritos.

Debemos tratar, primero, de enriquecer nuestro conocimiento y luego tratar de ofrecer la riqueza cuando sea conveniente y oportuno.

Para todo en la vida es necesario la sinceridad consigo mismo, pues al comunicarse con los demás, las falsedades proporcionan nomás que vacío. Como tratar de llenar un agujero, que por no tener fondo, nada recibe.

Todo es empezar. Los comienzos son difíciles. Pero en vencer dificultades estriba el verdadero valor del hombre.


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