Puedo asegurarles que, como Primer Mandatario de la Nación, una de mis preocupaciones fundamentales es concluir todos los programas que aquí se han iniciado y llevar a cabo otros, que se irán dando a conocer en breve, con el propósito de contribuir al mejor aprovechamiento de las riquezas naturales que Dios les ha deparado, y así lograr un verdadero desarrollo de esta región norteña.

Siempre me han unido lazos de sincero afecto con esta trabajadora comunidad, por lo que comparto plenamente las aspiraciones de sus hijos.

Mi Gobierno hará todos los esfuerzos que estén a su alcance para impulsar, no sólo el turismo en la forma en que lo viene haciendo, sino todas aquellas actividades, coino la producción, el comercio y las comunicaciones, que convirtieron a Puerto Plata en uno de los centros del país de más vida económica y social, para garantizar así mayor bienestar y más amplias proyecciones a la región.

Pero este empeño no debe ser sólo del Estado y de sus instituciones, sino de todos ustedes, que estoy seguro que aportarán sus mejores esfuerzos en esta noble tarea.

Deseo felicitar a cuantos han recibido hoy sus títulos, en una ce­remonia que es muy, significativa porque ustedes, reunidos, consti­tuyen el primer grupo formado en la Escuela Hotelera de la Universidad Católica Madre y Maestra, que va a constituir la base de los servicios que hay que ofrecer, para llenar de atenciones adecuadas los establecimientos dedicados a alojar a cuantos abandonan sus hogares, deseosos de encontrar un ambiente grato y acogedor.

Agradezco muy sinceramente la distinción de que me ha hecho objeto el Ayuntamiento de Puerto Plata, al declararme Huésped Distinguido, lo que viene a ser un nuevo y noble vínculo para con es­ta comunidad, que tanto aprecio y en cuyo mejor desenvolvimiento está tan comprometido el Gobierno.