Discursos

 

Sobre la amenaza del huracán David
30 de agosto de 1979

 

Me dirijo al País, en momentos en que el ciclón David amenaza el territorio nacional, en especial a la región Sur. Durante todo el día hemos estado y continuaremos laborando con los organismos competentes del Estado, para coordinar los esfuerzos tendentes a preservar vidas y bienes.

En ese sentido, he asumido la dirección máxima de los esfuerzos de protección y salvamento, y he ordenado a todos los funcionarios de mi Gobierno, mantenerse alerta para prestar los servicios que las circunstancias requieran.

La ciudadanía debe obedecer, sin pánico y sin cometer acciones imprudentes, las instrucciones de las autoridades y debe seguir, únicamente, las orientaciones del Gobierno a través de esta cadena nacional de radio y televisión.

Estoy seguro de que estas circunstancias servirán para unirnos más, en los esfuerzos que realizamos para lograr el progreso y la felicidad de todos los dominicanos.

Pido a todos mis conciudadanos, unirse a mí en este momento, para elevar nuestras plegarias al Todopoderoso y a nuestra Madre Espiritual, la Virgen de la Altagracia, para que nos permita salir con bien de esta nueva prueba.