Dominicanos:
Casi sin darnos cuenta estamos cayendo en una
huelga que esta generalizándose desde ayer. La causa de
la huelga es el monto de la regalía pascual. Los obreros
y empleados públicos que ganan más de $200 quieren
que se les de regalía pascual y como se ha anunciado que
la regalía de los empleados públicos y de los trabajadores
azucareros solo se les dará a los que ganan esa suma, empleados
públicos y trabajadores azucareros están yéndose
a una huelga no declarada.
Ante los hechos consumados no es de varones quejarse
sino enfrentarse ala situación. El Gobierno y la Azucarera
debieron haber hablado a tiempo con los representantes de los
empleados públicos y de los trabajadores, para buscar un
acuerdo conveniente para todos, y los obreros y los empleados
públicos debieron haber anunciado con tiempo que irían
a una huelga si no se atendían sus demandas.
Nosotros no hablamos ahora para reprochar a nadie
nada. Hablamos para advertir a unos y a otros, para llamar la
atención del gobierno, de los empleados y obreros a fin
de que esta huelga no degenere en actos de violencia ni por parte
del gobierno ni por parte de empleados y obreros. Lo que pasó
en Azua es un misterio.
Allí actuó la fuerza pública
y el gobernador de Azua dice que él no la solicitó
y resulta que tampoco podrían solicitarla los obreros ni
podría solicitarla la empresa. Pero hubo obreros presos
durante varios días y pudo haberse provocado algo peor.
La semana pasada dijimos a través de la radio que hay un
plan para empujar al gobierno a caer en manos de la reacción.
Si al gobierno llegan noticias de que los obreros
en huelga, los empleados públicos en huelga, están
causando desórdenes, el gobierno seguramente reaccionará
enviando la Policía y el Ejercito para que impongan el
orden y si a los obreros llega la noticia de que la policía
y el ejercito están tomando los centrales y las oficinas
publicas se alborotarán y Dios sabe lo que pasará.
Y puede suceder una de las dos cosas sin que sea verdad que los
obreros estén desordenando y sin que sea verdad que el
gobierno haya mandado la fuerza publica a actuar.
En este país el grupo de la reacción
sabe manejar la mentira y el chisme como nadie en el mundo, y
nadie tiene mejor prueba de eso que nosotros.
En esta ocasión los militares no deben
dejarse engatusar, no deben dejarse usar contra los empleados
públicos y los obreros, ni los obreros deben en ninguna
forma recurrir a la violencia ni permitir que otros hagan actos
de violencia para hacer creer que son los obreros que las realizan,
ni los militares ni la policía y los obreros deben dejarse
usar para actuar contra el gobierno.
Los militares y los policías han estado
tranquilos en las últimas semanas con la excepción
de los sucesos de Azua, y los sucesos de Azua como decimos se
originaron misteriosamente. Los militares y los policías
no deben tener miedo del pueblo, deben recordar que en los 7 meses
del gobierno constitucional que nosotros presidimos, ellos y el
pueblo andaban abrazados, sin odios si rencores, sin divisiones
y eso sucedía por que vivíamos en un gobierno de
ley donde ningún ciudadano era atropellado.
El pueblo no odia al soldado ni al policía,
el pueblo odia el atropello hágaselo quien se lo haga,
si se lo hacen los civiles odiará los civiles que lo atropellen,
si se lo hace gente uniformada odiará a la gente uniformada
que se lo haga, pero el pueblo no odia ni a los civiles ni a los
policías ni a los militares que no lo atropella.
En el caso de esta huelga el gobierno debe hablar
con los empleados públicos y la Corporación Azucarera
debe hablar con los obreros azucareros. Que cada quien asuma su
responsabilidad y que cada sector trate de llegar a un acuerdo,
pero que ninguno de ellos recurra a la violencia. Pues sucede
que la violencia es el terreno donde mejor se mueve la reacción.
La reacción sabe usar la fuerza, confundir a los militares
para lanzarlos contra el pueblo pero no sabe usar la inteligencia
porque no tiene inteligencia.
Abran bien el ojo obreros, empleados, militares,
policías y gobierno cada uno tiene que gabiarse en un palo
para ver por donde va romper la candela a fin de apagarla a tiempo.
En este país hay gente que anda con el fósforo en
la mano para darle candela y ni ellos ni los grandes se queman
cuando llega el fuego, solo se queman los chiquitos. Abran bien
el ojo cada uno a su casa y nadie en la ajena.
La consigna es paz hasta en la huelga, paz hasta
en la lucha, paz en el alma para que haya paz en la tierra. Hasta
pronto si Dios quiere dominicanos.