El PARME como coloquialmente conocemos al Programa
de Apoyo a la Reforma y Modernización
del Estado, es un programa del gobierno dominicano
financiado, en más de un 80%, con fondos
de la Unión Europea. Tiene un objetivo,
que mas se parece a un reto que al técnico del “objetivo general”:
Su reto -debe ser- el de contribuir a la reforma
y modernización del Estado en República
Dominicana, con especial énfasis en el fortalecimiento
institucionales del sistema judicial dominicano,
la administración pública y los actores
públicos que son sujetos de la descentralización.
A final de cuentas, los pilares de un Estado de Derecho. La importancia
de este reto determinó que
el PARME fuera precedido de otro relevante proyecto
auspiciado también por la Unión Europea:
el programa de Apoyo Inmediato a la Reforma del Estado
(PAIRE), el cual, sin dudas, despertó interés
en la sociedad dominicana, sacando a algunos de sus
integrantes del letargo ideológico, provocando
discusiones, y preparando, en definitiva el camino
al PARME. Pues bien, en este
proceso de Reforma del Estado en le que el PARME
esta determinado a
contribuir, y es esencial lograr que todos participen
en el diálogo; de qué y por donde ha
de ir la Reforma. Sabemos que es un deseo de los
gobernantes dominicanos tender hacia ella, pues la
iniciativa del PARME surge a partir de decisiones
de Gobierno. Pero, (si no lo sabemos, hemos de presumirlo),
no hay reforma ni modernización posible allí donde
sus destinatarios no la vindiquen. Es decir, no la
sientan como propia y (personalmente) necesaria.
Dándose estos dos elementos, las condiciones
de la discusión están aseguradas. Pero
sobre todo, las que despuntan son las propiciatorias
de esa Reforma. En realidad, eso y no otra cosa,
es lo que quiere decir la palabra “contribuir”,
que es la que expresamente declara el convenio de
Financiación que da vida al PARME. Esta es la misión del PARME: Propiciar la
Reforma. No es su misión imponerla, sería
un grave error; además de un imposible. Ni
esperarla pasivamente- sería una dolorosa
desidia- . En ese justo medio se abre el generoso
espacio que compete al PARME. Sabemos que e reto
es grande. Que los actores son muchos. Que no siempre
los mensajes tiene el mismo sentido. Inclusive, que,
no pocas veces, lo hacen en sentido contradictorio. EL
desafío de continuar en el proyecto está en
nuestras manos. Pero también en la de los
destinatarios de este esfuerzo: será una señal
de que las actividades se ejecutan y que los obstáculos –que
los ha de haber- se allanan en beneficio ( nos gusta
recalcar esta redundancia) de los beneficiarios. http://www.parme.org.do/
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